domingo, 31 de marzo de 2013

Puerta del Príncipe para El Juli, inconmensurable en Sevilla

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

(Foto: Arjona)

Tres orejas y petición de rabo para el madrileño, que dicta una lección de máxima figura del toreo

Víctor García-Rayo

El Niño de Leganés, herido por el quinto, sufre tres cornadas. Bronca y silencio para Morante en su lote y ovación para Manzanares.

Tarde magistral la de El Juli en Sevilla. Tres orejas, petición de rabo y Puerta del Príncipe para el madrileño, que ha protagonizado una soberbia actuación con capote y muleta frente a dos toros de Justo Hernández a los que cuajó de principio a fin. Se fue con ambos a portagayola, hizo sonar la música con la capa en su primero y realizó con los dos toros sendas faenas históricas, de máxima figura del toreo. El público, rendido ante tal exhibición de poderío, tocó las palmas por bulerías para Julián.
Así hemos vivido la narración on-line del festejo, en el que Morante y Manzanares no han podido tocar pelo:
La amenaza de lluvia en Sevilla se ha cumplido y sobre la capital hispalense está lloviendo con fuerza. Las primeras gotas llegaron justo en el momento en el que los operarios de la Maestranza retiraban la lona que durante la jornada del domingo ha protegido el ruedo, y a diez minutos escasos de la hora de inicio del festejo la intensidad de la lluvia ha aumentado considerablemente, generándose una auténtica cortina de agua a las seis y media en punto.

A las siete menos veinte, después de que los toreros salieran un momento a inspeccionar el ruedo y de que bajara notablemente la fuerza del aguacero, arrancó el paseíllo. Morante viste de verde botella y oro, El Juli de negro y oro y Manzanares de gris plomo y oro.

Morante no quiso ni ver al primero, un toro de Parladé que no mostró peligro para tanto prejuicio como mostró el de La Puebla. Duró en la cara del toro, muleta en mano, menos de un minuto, arrancando el último tercio con la espada de matar en su poder. Se lo quitó de en medio de media estocada y arreció la bronca del respetable.
La lidia del cuarto, que no transmitió nada, no tuvo apenas historia. Sólo reseñar el toreo de capa del sevillano, que lo bordó de salida. La faena de muleta de Morante navegó entre voluntades, poniendo más de su parte que en el toro anterior. Hubo silencio al final.


El Juli cortó una oreja y se le pidió con fuerza la segunda en el primer toro de su lote, al que se fue a recibirlo a porta gayola y le cuajó un emocionante saludo capotero. Luego, en el quite, en el que mezcló verónicas con cordobinas, toreó con tanta templanza que incluso hizo sonar la música de la Maestranza. El toro fue noble, buen colaborador para el torero aunque algo venido a menos y de recorrido más corto por el pitón izquierdo. El madrileño basó su labor en los medios y con la mano siempre muy baja. Muy centrado el torero en una faena en la que predominó, fundamentalmente, su quietud y su temple. Se pasó muy cerca al animal, que enseñaba las puntas, toreando con ligazón y buen ritmo en una labor maciza, repleta de verdad. Lo reventó con la espada y llegó el primer trofeo.
Faenón, lío gordo, público en pie... Faena maciza, cumbre, de las mejores de Juli en esta plaza al quinto del festejo, al que recibió también a porta gayola. Con un cuarto de muleta, haciendo gala de una vergüenza torera y capacidad brutal, bordó el toreo con despaciosidad y poderío. El toro fue grandón, obediente y muy noble. Y la estocada, como la faena, fue soberbia. El presidente sacó los dos pañuelos a la vez, del tirón, y el público incluso llegó a pedir el rabo para el torero. Antes, el animal prendió en banderillas a El Niño de Leganés. El de plata, que ya había clavado el par de banderillas, perdió pie a la salida del encuentro con el toro, cayendo al albero y sufriendo una fuerte paliza. Lleva tres cornadas, una en la parte trasera del muslo derecho, otra en la pantorilla y la tercera, parece ser, se la dio el primero del lote de Julián en un momento que pasó inadvertido para el público.

Manzanares saludó una ovación tras finiquitar el primer toro de su lote. El alicantino ejecutó una faena larga, en la que molestó mucho el viento pero en la que no se han llegado a encontrar del todo toro y torero. Hacia el final de la labor le cogió mejor el aire al toro Josemari, que calentó al público aunque, quizá, ya algo tarde. Mató de estocada tras pinchazo, sonando un aviso antes de entrar a matar.
Mejoró su imagen ante el sexto, frente al que diseñó una faena muy pura aunque fuertemente molestada por el viento. Su labor fue de menos a más, terminando dispuesto y valiente el torero intentando salvar su tarde. Terminó la faena arriba, pero falló con la espada y el descabello y todo quedó en ovación tras dos avisos.
Sevilla, domingo 31 de marzo de 2013. Toros de Parladé (1º), Garcigrande y Domingo Hernández (5º y 6º). Los mejores 2º, 3º y 5º. MORANTE DE LA PUEBLA: Bronca y silencio; EL JULI: Oreja con fuerte petición de la segunda y dos orejas con petición de rabo; JOSÉ MARÍA MANZANARES: Ovación tras aviso y ovación tras dos avisos. Entrada: No hay billetes.

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