jueves, 29 de mayo de 2014

No entró la espada

Talavante pincha el final feliz de una tarde aciaga

CULTORO, Madrid

La única faena con posibilidad de premio la pinchó Talavante en el sexto. Estuvo torero en todo el trasteo: cruzándose por ambos pitones, descubriéndose después de cada tanda y sacando la verdad de su concepto, sobre todo al natural. El triunfo se lo llevó la espada.

Salió el serio primero y anduvo suelto de salida. El primer puyazo fue fuerte, del que se resentiría posteriormente; el segundo más flojo. En el trasteo, Castella comenzó faena en tablas, dejando ocho muletazos hierático, sentado en el estribo y aguantando la embestida del de El Pilar. Posteriormente prosiguió faena en el centro del ruedo, con la mano derecha, y en un muletazo el toro cayó al albero sin poder levantarse durante segundos. Fue ese momento cuando se vino abajo de verdad la condición del toro. Dejó el francés un metisaca y una estocada entera, que lo hizo rodar. Fue silenciado tras escuchar aviso.
El segundo no pudo recibirlo Manzanares de capote, pues se mostró áspero. Fue picado en la querencia en el primer puyazo. No se lució en banderillas y en faena Manzanares comenzó con una tanda por la derecha en la que transmitió. Al toro le faltó en el trasteo el punto de emoción y transmisión necesario para que éste rompiera. Sin embargo, tuvo buenos deltalles por parte del alicantino: cambios de mano, remates por bajo y empaque en cada embroque. Sin embargo al toro le faltó el ritmo necesario como para que la faena tuviera un digno fin. Tras dejar un estoconazo, el toro cayó y Manzanares fue silenciado.

El tercero fue protestado por la falta de trapío. Cumplió en varas pero echaba la cara arriba, algo que, junto las protestas desde el tendido, arrastraría durante toda la lidia. No pudo lucirse Talavante en faena ante un toro flojo y descastado, que hizo atisbos de rajarse y no permitió dar una tanda completa.

El cuarto mostró una embestida corta desde sus inicios y experimentó el mismo comportamiento que sus hermanos en los primeros tercios. En banderillas le hizo exponer a la cuadrilla de Castella y, cuando tomó la muleta el francés, el público pareció meterse desde el primer moemnto en a faena, sobretodo en una buena tanda por el pitón izqueirdo. Poco a poco el toro fue desentendiéndose de la pelea. El francés prosiguió con su ímpetu en el toro que remataba la feria, pero no fue posible por la sosería de su oponente. Tras dejar un pinchazo y una estocada fue silenciado.

Salió el quinto, el toro más grande de la corrida, un feo de El Pilar que no se movió en varas y que, para más inri, no transmitía en el embroque. El tendido se comenzó a irritar cuando el toro huía de a pelea en banderillas. En faena escenificó lo que venía atisbando desde los primeros tercios: no podía consigo mismo el de El Pilar, con una embestida sosa, sin calidad, a trompicones y boba. Dejó una media estocada con la que tardó en caer el toro. Fue silenciado de nuevo Manzanares.

En el último pareció volcarse el público con las verónicas de Talavante. Pareció humillar por el izaquierdo, pero le faltó fuerza cuando entró al caballo, perdiendo las manos en dos ocasiones. Imprimió creatividad Talavante en un bello quite y una chicuelina dejando el toro en el caballo. Gran par de banderillas de Javier Ambel y brindis de Talavante al público. Comenzó faena por el izquierdo, en el centro del ruedo, pero en un desdén el toro se vino abajo. Series cortas y entrega del extremeño, pero al toro, que tiene calidad, le falta la chispa que empuje sus kilos. Lo obligó en una serie posterior por la mano derecha, obligándolo mucho, cruzándose y desplantándose ante el burel. De nuevo Talavante se entrega, se cruza por ambos pitones antes del cite y Madrid ve el esfuerzo ante un toro que no rompió. Deja media estocada y se emborrona el posible premio por la espada, que entró a la cuarta.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Vigésima de la Feria de San Isidro. Lleno en los tendidos en tarde nublada pero agradable, primaveral.

Seis toros de El Pilar, bien presentados pero desiguales, soso en líneas generales.
Sebastián Castella, silencio tras aviso y silencio
José María Manzanares, silencio y silencio.
Alejandro Talavante silencio y ovación.

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