miércoles, 27 de agosto de 2014

La Mancha fundida en el sueño de los gigantes

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO, Tomelloso (Ciudad Real) 
Celebraba Tomelloso su fiesta más singular en la que cuatro gigantes en plena Mancha batían su duelo en pro de engrandecer la afición fiel qu e llenaba la plaza. El clasicismo de Galán, el poderío de Juli, el arrimón pererista y la sorpresa estival de Talavante trenzaron el paseo.

Ni veinticuatro horas habían pasado desde que Galán desorejara un santacoloma en Cuenca cuando Amuleto, de nuevo, puso en pie de salida a la plaza repleta con dos de castigo que (bien)ahondaron la embestida del de Capea. Con Apolo en banderillas no escatimó en los terrenos que el astado dominaba, incluso sonsacando del de Lorenzo su mansa condición hasta el centro del anillo. La mansedumbre derivó en peligrosidad cuando, con Óleo, dejó un metisaca, un pinchazo y una estocada baja que lo hizo rodar.

También al cuarto supo Juli sacarle partido. Toro al que le faltó un punto de transmisión y de raza, le clavó el trapo en el morro con imperativo poder para engancharlo con firmeza y terminar ligando tandas. Ofreció una tanda por completo de rodillas Julián, recordando así sus comienzos. Lo llevó largo en el epílogo en los últimos compases del trasteo por ambos pitones, dándose un arrimón que comenzó a atisbar el indulto que se pidió por el sol. Prosiguió al natural con el acero ya en la mano y, a partir de ese momento, la plaza fue un clamor en pro de la obra que acababa de sellar Julián.

Muy largo llevó Perera a la verónica al escurrido tercero antes de que se encelara en el peto. Debió cuidarlo muy mucho si quería Miguel Ángel que siguiera humillando como lo hizo en el inicio muleteril. Mucho lo sometió al natural a un astado que seguía con ahínco la muleta pero que le faltaba el punto final de clase para que dedpuntara el muletazo. Echaba el freno de mano en el embroque en el epílogo, pero no optó Perera por sacar su arsenal característico antes de dejar un estoconazo que le valió la oreja.

Arreó Perera en el sexto recibiéndolo con dos cambiadas en el tercio. Se movía el de Montalvo y, ya en el quite por tafalleras del extremeño atisbó su buena condición humillando en la media. Comenzó faena, tras brindar, en los medios de rodillas aguantando y llevando larga la arrancada alegre del toro. A partir de ese momento todo fue un compendio de mano baja y muletazos largos por ambos pitones. Se desfondó en los últimos compases y el arrimón del extremeño entró en acción, antes de que un espadazo trasero hiciera que cayera.

Talavante exibió el buen toreo con el capote que acostumbra en sus últimas actuaciones, con un quite por chicuelinas, antes de brindar al público. Se rompió al natural en tres tandas de mano muy baja y cerró con manoletinas una labor que cerró con manoletinas y una media estocada de la que tardó en caer, por lo que quedó el premio en una oreja.

No pudo llevar Talavante con cadencia de salida a un cierraplaza que irrumpió arrollando, pero se desquitó minutos después en templadísimas tafalleras, agarrando el capote desde abajo y cargando la suerte hasta el final. Pareció acalambrarse, sorpresivamente, en banderillas pero se invalidó desgraciadamente en el inicio de faena. Le dio tiempo Talavante, pero tan sólo pudo dejar detalles frente a la inhóspita circunstancia. Dejó una estocada que tumbó al toro.

Decidió matar Talavante un sobrero de embestida rebrincada en los inicios de la lidia al que veroniqueó con firmeza. Empujó con buen tranco en varas y repitió sus virtudes en banderillas. Comenzó Alejandro por estatuarios antes de cambiárselo por sorpresa y, también por presente, comenzar de nuevo a imprimir el sueño al natural que ya dejó entrever en el cuarto. Todo lo hizo despacio el nuevo torero, dejando por el derecho también su impronta.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Tomelloso (Ciudad Real). Feria de la Virgen de las Viñas. Lleno en los tendidos. Un toro de Carmen Lorenzo y seis de Montalvo.
Sergio Galan: ovación.
Julián López "El Juli": oreja y dos orejas y rabo.
Miguel Ángel Perera: oreja y dos orejas.
Alejandro Talavante: oreja, silencio y dos orejas.

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