domingo, 22 de febrero de 2015

MÉRIDA Entradón histórico y festejo con argumento

Los recuerdos, por encima de las orejas

MUNDOTORO
Mérida (México)

Sólo Adame obtuvo premio tangible, pero el festejo dio mucho más de sí. Primero por la expectación que causó entre los aficionados, que abarrotaron el coso como hacía tiempo no se recordaba. Luego por la actitud de los tres toreros, cada uno con sus armas, justificaron y devolvieron esa ilusión a los espectadores. Morante estuvo cumbre con el capote, pero sus toros se aplomaron rápido. Tampoco el lote de El Payo fue gran cosa pero el queretano está en un momento grande. Su faena al tercero fue redonda, maciza, rotunda. Sólo la espada se interpuso, pero su labor, de valor seco y aguante, con la sana intención de torear, impactó.
La única oreja la paseó Adame de un gran toro. El mejor de un encierro que no mantuvo igual línea frente al que estuvo alegre y variado el hidrocálido. Luego el juez de plaza le negó de modo incomprensible el premio del quinto, igual que a El Payo del sexto, pero por encima de trofeos, la tarde tuvo argumento y mucho contenido.

Morante dejó grandes detalles con el que abrió plaza, que el público tuvo en cuenta, pues el sevillano dio con un toro muy agarrado al piso, al que consiguió sin embargo extraer muletazos de mucha enjundia. Al cuarto le bordó un saludo capotero de antología. Lances soberbios, descritos con despaciosidad, que calaron hondo. La faena inició en el mismo son, pero el toro se apagó demasiado pronto. Saludó el sevillano después de una buena estocada.

Joselito Adame sorteó un gran toro al que realizó una faena variada, de mucha conexión con el tendido, que le sirvió para cortar una oreja. El quinto nunca se entregó, pero quien sí lo hizo fue el torero en una labor de nuevo versátil y cálida remamtada de estocada desprendida. Quizá por eso el juez no concedió la oreja pese a la fuerte petición y el hidrocálido dio dos vueltas al ruedo mientras el juez recibía una fuerte bronca.

El Payo por su parte realizó una faena seria y muy importante, de mucho valor y aguante, ante un toro que siempre acometió con la cara alta. Labor redonda, maciza, de torero en sazón, que la espada dejó sin premio. Fue ovacionado. Luego se dio un arrimón muy serio frente al sexto, que se paró pronto. El queretano expuso mucho entre los pitones. Así lo vio el público, que no el juez quien volvió a denegar un trofeo pedido por la mayoría.

Plaza de toros de Mérida. Llenazo. Toros de San Isidro. Destacó el segundo que fue un gran toro. De peor juego el resto. Morante de la Puebla, ovación en ambos; Joselito Adame, oreja y dos vueltas al ruedo tras fuerte petición y bronca al palco; El Payo, ovación y vuelta tras fuerte petición

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