sábado, 25 de abril de 2015

LA CRÓNICA DE SEVILLA: Oreja a la raza y buen hacer de Padilla

Llegaba al Baratillo la corrida de Jandilla, remendada con un toro de Fuente Ymbro por no pasar todos los toros el reconocimiento veterinario

 
EMILIO TRIGO

Corrida en general muy dispar de juego y presentación, con toros muy serios. Frente a ella, el espectáculo de Juan José Padilla, junto a Miguel Abellán y David Fandila ‘El Fandi’.

Una terna variada, habitual para el sábado de Feria. Fecha en la que se suelen anunciar los llamados toreros mediáticos. Toreros que tiene un gran tirón entre los aficionados y así se demostró una vez más con la Maestranza llena.

Fidelidad de conceptos entre los actuantes que hicieron gala del tópico "Hoy más toreros que toros” La terna estuvo por encima de la deslucida corrida de Jandilla. Y es que el Jerezano, el madrileño y el granadino se entregaron y se vaciaron por agradar. Cada uno a su forma y cada uno con lotes distintos.

Sólo Padilla cortó oreja a base de jugársela en cada embroque y de tirar de mucha raza. Actuación que rezumó torería aquilatada. Juan José buscó y rebuscó con el cuarto para sacar algunas embestidas que le ayudaran a ahormar faena. Aguantó miradas por el izquierdo, indecisiones y parones pero ‘El Ciclón de Jerez’ tocando las teclas de su capacidad se hizo con el toro. Cuando se dio cuenta el Jandilla tenía un lio ‘montao’ con una muleta en su hocico y un torero afianzado en su quehacer. Ante este, salió Padilla con mucha raza, que le humilló en el recibo por verónicas y le galopó después con buen tranco en banderillas. Primeros tercios poniendo todo el torero y gustando mucho al público maestrante. De rodillas comenzó el trasteo el jerezano, muy largo de muletazos, y lo sintió el animal para afligirse por momentos. Inteligente y más suave anduvo después Padilla.


Pulsó impoluto la franela, con el animal más templado y embestidas ralentizadas, humilladas y empujando la tela hasta el final. Todo lo hizo Padilla, muy dispuesto y muy entregado ‘El Ciclón’, mató de un estoconazo y recibió el cariño de Sevilla en forma de oreja. Apéndice que hacia justicia por una entrega total y que forma parte del buen hacer en su toreo del jerezano. A la puerta de chiqueros se fue Padillaa buscar al primero, que lo prendió ya de pie en un derrote seco, propinándole una soberana paliza. Se escapó milagrosamente de un percance grave. Antes le enjaretó tres largas cambiadas de gran exposición y gallardía. Luego embistió con humillación en las encajadas chicuelinas del quite de Abellán y se entregó al galope en el vibrante tercio de banderillas que firmó un dolorido Padilla. Tuvo transmisión el toro, que se acostaba mucho a zurdas, pero fue por allí por donde llegaron los momentos más hondos, tapándole la cara y sin dejarlo pensar. Firme y veterano, haciendo gala de un sensacional oficio Padilla. Firmó un trasteo de voluntad y capacidad con el emotivo toro que resultó muy deslucido.


 Mal lote para Miguel que pasó por Sevilla sin suerte. Dejó claras sus intenciones Abellándesde el principio, acudiendo a portagayola y lanceando con mucha pureza la enrazada embestida del segundo. Toro con disparo en la muleta, arrancó con importancia y transmisión para que se plantase muy serio y muy firme el madrileño con valor y capacidad para medirle alturas y terrenos. Logró imponerse Miguel al poder del Jandilla y gobernó muy despacio al natural cuando se fue templando más el animal. Lo mató con brevedad y escuchó una ovación.

El quinto, feo y destartalado de hechuras, estaba en otro tipo y también en otro comportamiento que los anteriores. Alto y sin cuello el quinto que se pensó las arrancadas, empujó en el caballo con los pitones en la silla y hasta caminó de lado cuando le presentaron los capotes. Muy torero siempre Abellán con él, muy metido en la faena para ver cómo le devolvía tarascadas el animal a la suavidad que proponía el madrileño. Tuvo paciencia Miguel para meter al animal en la mano abajo, dejando muerto el trapo para recibirle la repetición a regañadientes y convertirla en aprovechable arrancada. Hubo derechazos de gusto y hasta de hondura, perfectamente buscados por Abellán.Lo mató de media estocada y escuchó silencio.

El granadino estuvo muy animoso pero tampoco tuvo suerte con el lote. Con muchísima solvencia recibió El Fandi la acusada movilidad del tercero, que fue espectacular en el caballo y siguió galopando las carreras en banderillas, haciendo hilo después. Le dio distancia Daviden la muleta para lucirle la movilidad, que fue más que la clase en la humillada embestida de cara suelta y rebrincado ademán. Muy firme Fandi para aprovecharle la virtud de irse siempre hacia adelante, supo endilgarle las tandas cortas, de cuatro y el de pecho, para que no se aburriese el animal y mantuviese el recorrido. No lo hizo el animal, que terminó aplomado cuando se le acabó el escaso fondo para que le conquistase los terrenos el granadino.

Con zapopinas paró, sorpresivamente, El Fandi la salida del sexto, en línea recta en los capotes, con empuje en el caballo y con alegría en el solvente terc io de banderillas que firmó el granadino, con exposición en el tercer par a un toro empujando. Tal vez se entregó demasiado el animal a la carrera, porque le faltó empuje después en la muleta del granadino, donde se rebrincó y soltó la cara cuando le fue faltando la fuerza. Gran lidia de Fandi, dejando siempre la muleta en la cara para encerlarle la intención, pero no remontó el animal, pese a los esfuerzos de un solvente Fandi.


FICHA DEL FESTEJO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril, duodécima de abono. Más de tres cuartos de entrada en los tendidos.

Cinco toros de Jandilla y uno, tercero, de Fuente Ymbro, bien presentados. Emotivo y obediente el exigente primero; con fijeza y disparo el segundo; de movilidad y fondo escaso el tercero; con calidad y buen fondo el cuarto; deslucido y remiso el feo quinto; con calidad a menos en el fuelle el sexto.

Juan José Padilla (turquesa y oro): ovación tras aviso y oreja.
Miguel Abellán (púpura y plata): ovación y silencio.
El Fandi (grana y oro): ovación y ovación.

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