jueves, 28 de mayo de 2015

Las Ventas: Para el olvido

Dos toros con cierta calidad en medio de un encierro suspenso; Urdiales sin lote, Fandi sin apostar y Fandiño sin acierto

 Para el olvido


Volvía Diego Urdiales a Las Ventas para hacer el segundo de sus tres paseíllos en los que se anuncia en San Isidro. El Fandi e Iván Fandiño le acompañaban ante la primera de las dos corridas que Victoriano del Río tenía enlotadas para el serial.

No pudo lucirse Diego Urdiales con el primero de la tarde, con el hierro de Toros de Cortés. Fue un toro que no tuvo transmisión ya que el astado tenía un tranco pastueño, sin emoción y, además, con riesgo en la muleta del riojano. No era fácil estar en su cara. Antes, se le vino al relance al peto de Óscar Bernal, que le recetó dos magistrales puyazos, pero se paró en la muleta de Diego. No quería humillar en sus trastos y era imposible la labor del matador. Imposible el lucimiento. Metió a la espada a la primera, siendo silenciado.
Alegre fue el recibo capoteril de El Fandi al segundo de la tarde, con una larga cambiada y varias verónicas de buen juego. Poco después, y tras evitar que el toro se viniera al relance al caballo, quitó por chicuelinas Fandila. En banderillas lidió en solitario el granadino al astado dejando tres brillantes pares. Por encima anduvo la disposición de El Fandi en el segundo de la tarde, un toro mortecino de Victoriano del Río con el que David tuvo la habilidad de sacarle el cierto punto de nobleza que llevaba dentro. No acertó en el primer encuentro con el acero, haciéndose daño, pero sí a la segunda, para ser posteriormente silenciado.

El segundo no fue recibido por Fandiño con brillantez de capote pero sí con verónicas sueltas de bella ejecución. En el jaco, las varas de Rafael Agudo tuvieron más voluntad que brillantez por la falta de celo del de Victoriano del Río. Brindó el toro y comenzó su faena de rodillas, cambiándose el engaño en una especie de larga cambiada para proseguir su faena por derechazos. Le faltó un punto de transmisión al tercero, tomando bien la muleta por el pitón izquierdo, con humillación y colocación de la cara, pero muy falto de chispa para arremeter en la muleta de Fandiño. Con la espada, dejó un estoconazo para tumbar al astado.
Casero llevaba por nombre el cuarto toro de la tarde, que no dejó a Diego Urdiales lucirse de capote. No humillaba en el peto, como tampoco lo hizo en el quite por chicuelinas de El Fandi. En el tercio de banderillas le metió el pitón al subalterno Domingo Valencia, herido, que fue conducido rápidamente a la enfermería. Le faltaba ritmo en la muleta del riojano, y tenía las dificultades propias de la casta, sin el ritmo necesario para atemperar su tranco. No rompió la faena y tras la estocada fue silenciado Urdiales.

 
Detalles con el capote dejó El Fandi al quinto, un toro andarín de salida al que recortó. Tuvo cierto son en banderillas, pero no tuvo celo alguno en la muleta del granadino. Dejó varios muletazos sosos para prender la espada pronto entre los pitos del respetable. Dejó una estocada de la que cayó el toro.
No se lució Fandiño con el cierraplaza, un toro sin ningún ritmo. Comenzó faena cambiándoselo por la espalda, pero a partir de ese momento el toro fue a menos, cambiando un ritmo desigual e infiormal. Fue el final de una tarde para el olvido.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Feria de San Isidro. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada. 

Un toro de Toros de Cortés y cinco de Victoriano del Río,
Diego Urdiales, silencio y silencio. 
David Fandila "El Fandi”, silencio y silencio. 
Iván Fandiño, ovación y silencio.

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