domingo, 20 de septiembre de 2015

MADRID: Juan de Castilla roza la puerta grande en su debut

Se lidiaron novillos de Villamarta para Miguel Ángel León, David Fernández y Juan de Castilla

Juan de Castilla roza la puerta grande en su debut

MARCO A. HIERRO

Una novillada de Villamarta se incluía este domingo en el dentro del ciclo de encastes minoritarios septembrino. Las Ventas volvía a acoger toros para que Miguel Ángel León, David Fernández y Juan de Castilla despacharan los ejemplares del hierro hispalense.

A la puerta de chiqueros se fue León a recibir al castaño primero, bien hecho, que se quiso ir de la suerte desentendido y le costó sujetarlo al novillero. Empujó en dos varas, las dos cogidas en la paletilla. Por chicuelinas quitó David Fernández, hurtando el cuerpo por la tendencia a vencerse a zurdas del animal. Con mucha quietud inició faena el sevillano, comprobando la largura y bondad del de Villamarta, utrero que demandó medios y gobierno. Y se ralentizó el animal en el embroque cuando se lo dio, gateando el trazo, no siempre templado, pero siempre compuesto. Un par de series nacieron sólidas con la mano izquierda, y una estocada corta que bastó para dar una vuelta al ruedo.
 
Le costó más al segundo tomar el capote en el saludo a la verónica de David Fernández, con más intención que brillantez ante la llegada sin celo del animal. Se dejó pegar en el penco el de Villamarta, rompiéndose mucho rato en la primera vara. Con alegría se arrancó desde lejos en la segunda, a penas un picotazo. Tremenda la quietud y el valor de Juan de Castilla en el quite por tafalleras, aguantando en la media que se le frenarse el animal. Por gaoneras comprometidas replicó Fernández en un bonito duelo.

Le costó más al segundo tomar el capote en el saludo a la verónica de David Fernández, con más intención que brillantez ante la llegada sin celo del animal. Se dejó pegar en el penco el de Villamarta, rompiéndose mucho rato en la primera vara. Con alegría se arrancó desde lejos en la segunda, a penas un picotazo. Tremenda la quietud y el valor de Juan de Castilla en el quite por tafalleras, aguantando en la media que se le frenarse el animal. Por gaoneras comprometidas replicó Fernández en un bonito duelo. Soltó la cara el novillo en el inicio, donde debió imponerse el chaval antes de torear. El ansia le hizo darle distancia y ofrecerle trapo sin más probaturas. Y tuvo son y voluntad el buen novillo, que amarró la cara cuando se la sujetaron al suelo para que humillarse con profundidad. Voluntad y disposición tuvo Fernández, con los defectos propios de los noveles en el sitio y la estructura. Una estocada provocó la petición no atendida que quedó en vuelta.

Humilló el tercero de salida, pero le faltó celo y ritmo en las verónicas que propuso Juan de Castilla, recogiendo con dificultad pero con quietud la repetición tras el cortísimo viaje. Por gaoneras quitó con solvencia León tras los dos picotazos en varas. Más bronco fue el animal en la muleta, con el recorrido corto que se empeñó Juan en no ligar y buscarlo tan largo como fuera posible con la zurda. Repuso el animal, y a los lomos se lo echó, encunándolo sin más consecuencia. Mucho valor el del colombiano, que aguantó firme la aspereza y se inmoló en las bernadinas finales para, con una estocada en la yema, cortarle una oreja.

El cuarto tuvo empleo y humillación en los embroques, pero también una carencia de fijeza que dejó en discontinuo el saludo que inició León con dos largas cambiadas en el tercio. Fue duro el castigo en varas, donde se empleó abajo el de Villamarta. Liviano fue el quite a la verónica de Fernández. Con cambiados inició León la faena de muleta con el utrero liándose a embestir por abajo y con importancia, con codicia y emoción en un trasteo de más a menos que terminó en silencio. 

Visitó Fernández la puerta de chiqueros con el quinto, un tío que se desentendió de percales, obligando al murciano a buscarlo por todo el ruedo para seguir pegándole largas cambiadas. A topar llegó el utrero al caballo en un tremendo golpazo en el primer encuentro. Lo puso todo de su parte David con el feble animal, que tenía buen son en el galope pero no se tenia en pie tras el segundo muletazo. Incluso le echó mano a un valentísimo Fernández sin consecuencias aparentes, antes de que lo despenase de media estocada ante las constantes protestas del tendido para el animal.

A media altura y a arreones de corto viaje llegó al capote el sexto, largo, hondo y cuajado para cualquier plaza. Con asiento y oficio lo recogió Juan de Castilla, con firmeza ante la aspereza manifiesta del animal, que se quiso quitar el palo a cabezazos después de llegar para topar en las dos varas. Llegó zorrón y se quiso quedar debajo en las verónicas del quite de León. Se desmonteró en banderillas Manuel Macías. Y duró poco el animal embistiendo con aspereza en la firme muleta del colombiano, que siempre estuvo colocado, siempre presto a torear y siempre asentado con el animal.

Faena a más que culminó entre los pitones, con circulares y con manoletinas de rodillas, coronada con una estocada tendida que no fue suficiente para abrir la puerta grande, pese a la petición. Ovación.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Novillada con picadores septembrina dentro del ciclo de encastes minoritarios. Un cuarto de plaza.

Seis novillos de Villamarta, de ralentizada calidad el primero, de gran calidad y humillación el buen segundo, áspero y bronco el tercero,  humillado, con calidad y codicia el buen cuarto, de flojísima fuerza y buen son el castaño quinto, bronco y defensivo el amplio sexto. 

Miguel Ángel León, vuelta y silencio.
David Fernández, vuelta y silencio. 
Juan de Castilla, oreja y ovación.

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