lunes, 30 de noviembre de 2015

Venezuela: Colombo y Vanegas en una tarde memorable en Valencia / por Juan Lamarca


Jesús Enrique Colombo y Manuel Vanegas a hombros en la Monumental 'Bernardo Valencia'.
-Fotografías de Aníbal Gª Soteldo-
"...Con su personal estilo y distintas formas de concebir el toreo, han brillado en todos sus novillos, con el bueno, con el malo y con el regular, con capa, banderillas, muleta y espada –seis novillos, seis estocadas- brindando un espectáculo memorable hasta su clamorosa salida a hombros por la puerta grande..."

 Colombo y Vanegas en una tarde memorable
Juan Lamarca
Valencia-Venezuela
La expectación estaba justificada y Colombo y Vanegas respondieron a ella. Gran tarde a pesar del escaso juego de los novillos de Campo Largo y Laguna Blanca, solo uno de este hierro, segundo de Vanegas que mereció la vuelta al ruedo, pero que la capacidad, disposición y entrega de los ya ídolos venezolanos hicieron vibrar a las escasas cinco mil personas que se reunieron en este monumental coso de la capital del estado de Carabobo. El acoso a la Fiesta se nota y su nocivo efecto por el abandono mediático y político, con una increíble e injusta prohibición de entrada a la corrida de menores de 18 años hace estragos, pero a pesar de ello no se puede evitar que el concurso de dos jóvenes que ponen su vida al sacrificado servicio de sus sueños de ser toreros prendan la mecha del orgullo de muchos venezolanos –que en el futuro serán legión, ya lo veremos sin duda- y colaboren con ello a la recuperación de la autoestima que merece este humillado pueblo de Venezuela por un Régimen comunista atroz que tiene sumida a la Nación en una crisis institucional, social, económica y política, es decir una auténtica ruina, y que lógicamente el toro paga también sus consecuencias. Es por ello que le mente de la población y muy especialmente la Venezuela decente ansía en que las elecciones del próximo 6 de Diciembre sea el toque de clarín para que se abra el portón de la esperanza a una nueva era de recuperación de libertades y con ello el ejercicio político democrático que haga renacer a este gran país, y con ello el respeto a la tauromaquia. 

Pues en estas adversas circunstancias todavía queda algún romántico empresario como el matador Erick Cortés y su 'Agrocasta' que le echa valor -más necesario ahora que ante la cara del toro- y se la juega organizando este importnatísimo festejo. Encomiable tarea que merece el reconocimiento de la afición.

Jesús Enrique Colombo
Y como no, también resulta digno de admiración y gratitud que estos dos novilleros del Táchira hayan venido a dar la cara desde España, tras sus sonados triunfos, conscientes de la trascendencia del momento y entregarse de la forma que lo han hecho desde el principio al fin. Ambos Con su personal estilo y distintas formas de concebir el toreo, han brillado en todos sus novillos, con el bueno, con el malo y con el regular, con capa, banderillas, muleta y espada –seis novillos, seis estocadas- brindando un espectáculo memorable hasta su clamorosa salida a hombros por la puerta grande. 

Manuel Vanegas

La carga escénica ofrecida por Colombo y Vanegas ha llenado ese gigantesco escenario de la monumental “Bernardo Valencia”, donde el asombroso oficio mostrado, dada su juventud, ha sido fundamental para desplegar las dotes de conocimiento, técnica y valor que los presentan con una madurez profesional sorprendente. El sueño se va haciendo realidad, y la esperanza para un futuro esplendoroso para el toreo venezolano se ha afianzado este 29 de Noviembre gracias a estos dos jóvenes y ejemplares toreros, Jesús Enrique Colombo y Manuel Vanegas. Y así será en esta tierra que aún evoca figuras relumbrantes, desde el Diamante Negro hasta Morenito de Maracay, pasando, por la gloriosa dinastía de los Girón, y que también sabe adoptar como propia la también dinástica familia torera de Bienvenida. Pues sí señor, una admirable y entusiasta afición donde el noble factor humano del venezolano adobado con natural sentido de amistad y caballerosidad  imprimen huella indeleble de entrañable afecto y gratitud.

¡Suerte…! Que para todo hace falta y más para el toreo.

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