domingo, 24 de enero de 2016

MARCO A. HIERRO

Tras el apoteósico triunfo del pasado mes de noviembre en el mismo escenario, volvía esta noche a hacer el paseíllo en la Monumental Plaza de toros México Julián López "El Juli”. Le acompañaban en esta cita defeña el veterano Eulalio López "Zotoluco” y, tras las tres orejas de ayer en el Coso de La Luz de León, Joselito Adame cerrando cartel. El encierro correspondía al hierro de Montecristo.

El primero se pensó más de la cuenta cada arrancada al capote con el que no pudo estirarse un Zotoluco que había recibido al animal con una larga cambiada en el tercio. Sólo una media quedó de su primer encuentro con el de Montecristo. Desordenadísima fue la lidia en banderillas de un toro que buscó la gatera ya desde entonces, barbeando tablas y mostrando acusadas las querencias. Tuvo mérito la lidia que le ofreció Eulalio al manso, imponiendo primero la sarga con doblones genuflexos para atacar después, casi desde el inicio, al acobardado torete, informal y descompuesto, que terminó vendiéndole arrancadas que nunca regaló. Pero fueron pocas las opciones que tuvo el mexicano de enseñar nada más que una lidia de veterano capaz. La estocada desprendida bastó para una ovación.

El girón segundo, bien cortado y comido, lucía las puntas astifinas en la estrecha sien, pero le faltó ritmo para repetir en el capote que El Juli sólo pudo manejar en delantales con el toro muy suelto. Y volvió a la carga en el quite, pero las chicuelinas debieron llegar muy dispersas al correr detrás de la acusada mansedumbre del animal para buscar los embroques. Fue fulgurante el inicio con la muleta, buscando los medios para eliminar las querencias y la figura erguida sobre la mano derecha para exprimirle rápido las arrancadas a un toro que ya preveía el madrileño de corta duración. Fueron tres tandas sobre la diestra, pero tres series poderosísimas, estéticas y con la figura derecha. Se acabó cuando se echó la mano a la zurda, por donde no viajaba igual el girón de Montecristo, muy a menos en el recorrido. Faena inteligente y bien estructurada que murió en alto toreando con despatarrado poder junto a las tablas, exprimiendo viajes rascados entre la mansedumbre. Una estocada desprendida no bastó para tocar pelo por el mangazo del palco.

La falta de ritmo del tercero dejó el saludo de Joselito Adame en delantales sueltos que quiso variar con chicuelinas para ponerle algo de chispa. Desrazado el animal de salida, apenas recibió un picotazo. Con la muleta faltó transmisión en la embestida cansina y dormida del de Montecristo, al que le costaba una barbaridad repetir las arrancadas. Tuvo paciencia Adame, dejando siempre la muleta en la cara, desmayando la figura para componer los embroques y ofreciendo pausas para buscar la serie de reventar al animal. A media altura tuvo que despachar la feble condición del toro, muy correcto de presencia, pero vacío de contenido. Le acortó la distancia y le aguantó los parones con valor, pero tuvo que basar en la técnica la labor Joselito ante la falta de enemigo. Se le fue la mano al entrar a matar y escuchó silencio.
Discreto fue el saludo de Zotoluco al cuarto, un cárdeno con más fijeza y pujanza que sus hermanos de camada. Más reunidas y jaleadas quedaron las chicuelinas con las que quitó Eulalio con mucha limpieza y una campera media, muy celebrada. Con mucha pausa comenzó la faena de muleta, dejando que se fuera lejos el animal tras cada embroque, sin molestarlo, para luego ligarle una tanda muy limpia con la mano derecha en la que enseñó el de Montecristo fijeza. Incrementó la intensidad Eulalio con la mano izquierda, aplicando más suavidad que temple, pero dejando parsimonia torera en cada trazo. Tuvo Zotoluco la virtud de dejarle el trapo en el morro, aprovechando las medias arrancadas para componer los trazos y dejar remates muy vistosos a la mexicana. Terminó entregado el animal, con la fijeza a más y la calidad acusada al humillar los embroques que aprovechaba con limpieza el veterano torero. Muy provocadas las series, muy fuertes los toques para que no desfalleciera el animal en la repetición, mantuvieron la faena en intensidad hasta el final. Con una estocada trasera que tuvo que rematar con la cruceta certificó una nueva ovación.

Muy protestado por escasez de trapío fue el perritoro quinto, que además salió rajado ya de chiqueros, huyendo de las telas de El Juli. A la contra tenía todo Julián cuando cogió la muleta, y se encontró con un animal que venía a topar y a defenderse en el trapo en lugar de embestir. Quiso siempre quitarse de encima los trastos con mal estilo y decidió abreviar el madrileño.
Quiso levantar los ánimos en el tendido Joselito Adame en el tercio de quites del sexto con unas vistosas zapopinas rematadas con una larga genuflexa, todo muy jaleado desde el nutrido tendido. Trepidante fue el inicio, larguísimo, agarrado a las tablas, con la pierna flexionada y pasando por alto al animal, que tenía movilidad para hacer el toreo. Supo apretar lo justo al de Montecristo para que salieran ligadas las tandas, en las que tuvo el pulso para coserlo y la habilidad de conectar con facilidad para que se jalease mucho su labor. Una labor a media altura, muy técnica y muy encaminada a llegar arriba, aprovechando la movilidad del noble animal. Terminó toreando a placer, ralentizando el trazo en los molinetes, cambiando las manos y saliendo con garbo de la cara, sabiendo que estaba Las México con él. Al encuentro dejó una estocada entera que bastó para pasear la única oreja del festejo.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros Monumental de México. Temporada Grande Internacional. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. 

Seis toros de Montecristo, justos de presencia. Manso y complicado el descompuesto primero; manso con fijeza el noble segundo; soso, sin entrega y sin raza el tercero; fijo, noble y con calidad sin recorrido el cuarto; defensivo y violento el esmirriado quinto; noble y con movilidad el repetidor sexto.

Eulalio López "Zotoluco” (marino y oro): ovación y ovación tras aviso.

Julián López "El Juli” (azul noche y plata): vuelta al ruedo y silencio.

Joselito Adame (blanco y plata): silencio y oreja.

Saludó Christiasn Sánchez tras parear al primero.

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