lunes, 28 de marzo de 2016

Morante prologa a Bergamín

El sevillano escribe el prefacio de la nueva edición de 'El Arte de Birlibirloque' del poeta de la Generación del 27 que cantó a Paula con 'La música callada del toreo'


 
 osé Bergamín junto a Rafael Alberti presenciando una corrida de toros en Las Ventas EL MUINDO


'El arte de Birlibirloque', desde luego no es intrascendente ni en lo literario ni en lo taurino porque, sobre lo primero, algunos de sus aforismos son auténticas cargas de profundidad -más aún si se considera el actual debate en contra y a favor de los toros- y, sobre lo segundo, porque es un alegato contra el toreo quiestista de Belmonte y un canto al arte en movimiento de Joselito el Gallo.
De ahí la famosa anécdota del encuentro de Belmonte con Bergamín, nada más publicarse el libro, hace 86 años:

"Don José, he leído su libro... To...to...to...totalmente de acuerdo", le dijo el matador al poeta dejándolo 'pasmao' porque lo natural hubiera sido una sarta de reproches, no sólo por la devoción de Bergamín por Joselito el Gallo sino por el antibelmontismo que encierran estas páginas, en un momento en el que el debate taurino no era sobre la existencia de la fiesta, sino sobre su esencia.

Morante confiesa en el arranque de su prólogo que al ir leyendo a Bergamín ha ido "poniéndoles palabras" a sus "sentimientos como torero", unos sentimientos que, añade, hasta el momento de esta lectura no había sabido explicar.

"Para mí, este libro ha supuesto un despertar espiritual en mi concepción artística", añade el matador para calificar lo que le ha supuesto esta lectura como "una revelación".

La editorial Renacimiento pondrá esta semana en las librerías 'El arte de Birlibirloque', del que también se ha impreso una edición de lujo de cien ejemplares numerados y firmados por Morante, tamaño folio, con reproducciones en mayor tamaño de los cuatro dibujos originales de Bergamín y las doce estampas de otras tantas suertes taurinas a cargo de Luis Ferrant.

La nueva edición ha servido igualmente para que retomen su vieja amistad Morante y el hijo del poeta, Fernando Bergamín Arniches, quien en la primera de sus páginas dedica la "última y bellísima edición sevillana" del "Birlibirloque" a "un torero 'birlibirloquesco' de ayer... de hoy... y de siempre: José Antonio Morante de la Puebla".

"Si nos preguntamos por la razón que impulsó a Bergamín a escribir este libro, lo más probable es que ésta fuera la de dejar claro y evidente que Joselito era el eje del toreo", un eje que "Bergamín veía peligrar al comprobar la reacción de los públicos que se rendían a la revolución belmontista, con un toreo nuevo donde su quietud, como principal argumento, provocaba el delirio de la afición".

Morante, en su prólogo, termina de interpretar a Bergamín: "El poeta tenía que dejar claro por qué Joselito era el arte real, el verdadero, el que no necesitaba del esfuerzo visible, el que brillaba con luz propia, y que en el toreo de Belmonte existía una tendencia clara a parar el toreo, pero no por valor, que por su puesto lo tenía, sino por sus limitadas condiciones físicas", por lo que el poeta "temía que el toreo derivara en un quietismo estático que supusiera la pérdida de todo un arte en movimiento, el 'arte de Birlibirloque'".

Publicando este libro en plena apoteosis belmontista, recuerda Morante, Bergamín debió ganarse un número importante de detractores, "pero fue valiente y lo hizo".

"Eso lo entendemos bien quienes sufrimos el compromiso por demostrar la verdad, sabedores de que no todo el mundo lo comprende", añade el matador de la Puebla del Río (Sevilla).

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