sábado, 28 de mayo de 2016

López Simón abre la puerta grande en Granada



Alto el sexto, también peleó bien en varas. En un quite por tafalleras en los medios, Roca Rey perdió pie y cayó boca arriba en la cara del animal, con el capote encima, y el toro hizo por él. Se lo quitaron rápidamente de encima y se recompuso para rematar el quite. Fue violento y reservón, anduvo firme con él antes de dejar una estocada caída.

El quinto, más estrecho y despegado del suelo, enseñó las puntas. Empujó en el peto aunque el puyazo fue breve puesto que no le sobraba fuerza. Embistió con alegría y eso condujo a que se desmonteraran en banderillas. López Simón firmó dos series rotas iniciales antes de que el toro se desentendiera de la muleta y alargó la faena en un arrimón con circulares en perpendicular a las tablas. La estocada, casi entera y otra oreja.

El colorado que hizo cuarto tuvo mayor volumen pero menos cara. Juli toreó a la verónica con el capote e instrumentó estatuarios con la muleta en una faena poderosa. Al natural dejó la muleta muerta y arrastrada para tirar de las embestidas del animal. Finalizó con luquesinas antes de una estocada trasera tras la cual el toro tardó en doblar y paseó una oreja.

El tercero castaño tuvo entrega y movilidad pero fue tardo y se vino a menos. Roca Rey inició con estatuarios en el tercio, para luego desarrollar la faena, por la que le pidieron las dos orejas, en el centro del ruedo. Por la condición del animal, a las series le faltó ligazón pero el peruano tiró de un criterio encimista que adornó con pases cambiados para llegar al público. Paseó una oreja.

El segundo, estrecho de sienes y montado, tuvo plaza. Salió suelto en el primer tercio pero luego en la muleta embistió humillando y con mucha clase. Demandó que se le hicieran las cosas bien y marcó su sitio, guiando a López Simón en una faena que tuvo muletazos profundos y largos por ambos pitones. La mala pata de que le hiciera guardia la primera estocada y la media estocada definitiva le privó, según informa Mundotoro, de un premio mayor, pero no de pasear una oreja. Ésa fue su presentación en Granada.

El primer toro de la tarde, estrecho de sienes y bien hecho, tuvo sus teclas que tocar y Juli logró construir una faena por la que fue ovacionado tras una estocada efectiva.

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