domingo, 31 de julio de 2016

Castella y Juan Bautista, una oreja cada uno en Bayona

Thomas Dufau, silenciado en su lote

Jean Louis Haurat
 
Fotos: ROLAND COSTEDOAT
El primero fue un toro con mucho cuajo, distraidillo, que se quejó de la mano derecha y entró dos veces al caballo, propinando en el primero de los puyazos un fuerte batacazo al picador. El compañero de reserva dio una vara fuerte a continuación. En la muleta punteó el engaño, embistiendo algo descompuesto y con clara falta de raza. Pocas opciones de lucimiento para el francés, que mató de una casi entera desprendida.

Bautista recibió al enmorrillado cuarto por verónicas con las dos rodillas en tierra, seguidas de tres chicuelinas y una serpentina de remate. El toro entró dos veces al caballo, empujando en el primero con fuerza y saliendo suelto del peto en el segundo. Castella quitó por chicuelinas y revolera y Bautista, muleta en mano, realizó una faena técnicamente acertada, iniciada en los medios con una serie de derechazos en los que acometió el toro con claridad. Siguió toreando con gusto y temple por ese pitón y, al natural, el toro se vino abajo. Entró a matar en la suerte de recibir, dejando dos tercios de espada y empleando después el descabello. Palmas al toro y oreja para el torero.

Castella veroniqueó bien al segundo, rematando con una media en el centro del ruedo. El toro se movió por los dos pitones. Entró topando al caballo y apenas se le castigó, haciendo sonar los estribos en la segunda entrada. Se acostaba por el pitón izquierdo en banderillas y esperaba a los banderilleros. Faena de mérito de Castella, que supo retener al toro y, al mismo tiempo, alargas sus embestidas. Faena técnicamente muy buena sobre los dos lados, preferentemente por el pitón derecho. Labor de menos a más. Terminó porfiando con el toro, venido a menos, dando dosantinas y manoletinas. Estocada caída y trasera. Oreja tras aviso.

El quinto fue un toro muy bien hecho, ancho, enomorrillado, que tuvo dos encuentros con el caballo, un primero violento y saliendo suelto y un segundo romaneando. Castella abrió la faena con un pase cambiado en los medios frente a un animal de embestida descompuesta y que tuvo medio viaje. Parado, aplomado, apenas se desplazaba. El francés lo pasaportó con facilidad tras una labor en la que no fue posible el lucimiento. 

Con largas capoteras recibió Thomas Dufau al tercero, que entró dos veces al caballo, cumpliendo en el primer encuentro y castigándosele de forma casi simbólica en el segundo. Bautista entró en quites toreando por chicuelinas y revolera. Inició Dufau la faena de hinojos, con cinco pases por alto y otro de pecho ya de pie. El animal resultó sosón, tardo y rápidamente apagado. Embistió como dormido. Hubo dos series potables por el pitón derecho. Tres pinchazos sin soltar, estocada contraria y descabello. Silencio tras aviso.

Abanto de salida el sexto, pareció que iba a servir en el último tercio. Se lució con los rehiletes Marco Leal en dos pares extraordinarios. Dufau abrió la faena con cambiados por la espalda para seguir sobre la mano derecha en series correctas, pulcras ante un animal que tuvo el defecto de calamochear y puntear los engaños.

Bayona (Francia), 31 de julio de 2016. Toros de Montealto, bien presentados, todos cuatreños, de muy diferentes volúmenes -el más pesado, 630 kilos, y el menos, 528 kilos-. Corrida falta de raza en conjunto. Juan Bautista, silencio y oreja; Sebastián Castella, oreja tras aviso y silencio; Thomas Dufau, silencio tras aviso y silencio. Entrada: Dos tercios. Saludó en banderillas tras dos pares extraordinarios al sexto, Marco Leal.

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