sábado, 6 de agosto de 2016

Como arena entre los dedos

El Juli, Miguel Ángel Perera y Andrés Roca Rey no consiguen que rompa la tarde con la liviana y desrazada corrida de Santiago Domecq

Como arena entre los dedos

PABLO LÓPEZ RIOBOO
La segunda y última corrida de toros de la Feria de Colombinas de Huelva arrancaba este sábado a las ocho de la tarde en el coso de la Merced con un encierro de Santiago Domecq como materia prima ganadera. En el cartel, se anunciaban El Juli, Miguel Ángel Perera y Andrés Roca Rey.
La tarde tenía todos los ingredientes para que el público y aficionado onubense saliera toreando por las calles, una terna de campanillas que mezclaba veteranía y juventud y una ganadería sobradamente acreditada y triunfadora en este mismo coso en 2015, pero todo salió al revés, la corrida no embistió, las espadas no viajaron y el triunfo se esfumó como arena entre los dedos. Se esfumó cuando más falta le hacía a una divisa que esta en proceso de consolidación, esa que le regaló un triunfo el pasado año a Juli y Perera, ese que buscaba Roca Rey para decir a voz en grito que no le pesa torear con los que mandan.   
Tuvo ante sí Julián a un sobrero de Victoriano del Río de mansurrona condición. Meció el madrileño el percal con suma templanza ante un toro rajadito ya de salida. Meció con garbo y soltura en un quite por chicuelinas para luego templar de forma exquisita al de Victoriano. Realizó una Faena inteligente y medida por ambos pitones, le dio tiempo entre tanda y tanda, todo lo hizo a favor de un animal que pese a tener tendencia a rajarse tuvo cierto son en la muleta.El de Victoriano tuvo nobleza en las telas, pero siempre había que llevarlo muy tapado, alargó los muletazos, acariciando embestida para inventarse una faena que parecía imposible. Por el izquierdo el animal tendía a soltar la cara, pese a ello brotaron naturales largos y poderosos. Muleta poderosa la del madrileño que consiguió sujetar a un toro con clara condición de manso. Falló en la suerte suprema y perdió el triunfo que se había ganado a ley. Saludó desde el tercio tras escuchar un aviso.
Se fue de vacío Julián hoy de Huelva, tras pasaportar con solvencia y oficio al manso y desrazado animal. Lo intentó todo pero el animal nunca se entregó, cara alta, medias embestidas...., un toro de nulas opciones. El de Santiago Domecq, con mayor cuajo que sus hermanos, fue el garbanzo negro de la corrida. Faena tesonera de un torero fiel a su cita con el triunfo en Huelva, que intentó por todos los medios meter en la canasta al animal, pero fue imposible, el toro de áspera embestida acabó por desesperar a público y torero. Tras una media estocada en buen sitio fue ovacionado.
En segundo lugar salió un toro de Santiago Domecq, justo de fuerzas y con la casta al límite. No se dejó torear de capa y acudió sin celo al jaco. Lo lidió templadamente Javier Ambel, y con los palos se lució Curro Javier, en dos pares de gran torería e importancia. Saludó montera en mano junto a Guillermo Barbero. Faena poderosa del extremeño ante un animal de poca transmisión y raza justa. Lo toreó con suficiencia en una faena que no pasó de correcta. Tomó mayor vuelo la faena cuando acortó distancias. Anduvo desacertado con los aceros y fue ovacionada su labor tras escuchar un aviso. 
Ni una opción tuvo el extremeño con el manso que hizo quinto, un animal de escasa entrega con el que solo pudo brillar en un quite variado y ajustado y en una serie con la diestra de poderío y firmeza. El de Santiago Domecq remiso a embestir trotaba por el ruedo sin ningún apego a los trastos, saliendo con la cara alta en cada muletazo. Sacó agua de un pozo seco en una tanda en la que empapó de muleta al astado hasta conseguir una serie importante, eso único al inicio de faena en los medios fue lo más destacado de una faena que acabó diluyéndose tras el mal uso de la espada. El público onubense le tributó una ovación tras tan sincera labor.
Dejó patente Roca Rey hoy en Huelva que quiere ser figura del toreo. Ante un animal muy justo de fuerzas realizó una faena templada, con fases de buen toreo. El de Santiago Domecq la quería tomar con cierta clase pero sus fuerzas eran limitadas. Le imprimió gusto a todo lo que hizo, acertó en distancias y terrenos, para construir una faena que tomó su punto álgido en las postrimerías de la misma. Se metió al público en el bolsillo con una serie rodilla en tierra de gran verdad, temple y valor, llevó largo al animal en dicha serie que acabó por poner a la plaza totalmente de su parte. El mal uso de la espada le privó de tocar pelo. Ovación desde el tercio tras aviso fue su bagaje en el primero de su lote.
 
Se volvió a vivir el mismo capítulo en el sexto que en los toros anteriores. Muy dispuesto salió el peruano a lancear al jabonero sexto, suaves verónicas de fino trazo las ejecutadas por Andrés. En la muleta no escatimó esfuerzo Roca Rey, lo intentó todo por ambos pitones pero no hubo manera, el animal muy justo de fuerzas embestía rebrincado y sin demasiado celo en la muleta. Caló su faena cuando acortó distancias, lugar donde se siente como pez en el agua. La arrucina con la que cerró la tanda tuvo el sello de la improvisación y la frescura de un torero que ha traído aires nuevos a un escalafón que carecía de un nuevo gallo en el corral. Volvió a atascarse con la espada y como en el toro anterior fue ovacionado tras escuchar un aviso.
 
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced. Tercera de la Feria de Colombinas. Corrida de toros. Lleno.
Seis toros de Santiago Domecq, justos de presencia dentro de una presentación dispar. Nobles, flojos y faltos de raza. Se lidió un sobrero de Victoriano del Río en primer lugar, de mayor cuajo, manso pero con buen son en las telas
El Juli (Verde botella y oro): Ovación tras aviso y ovación. 
Miguel Ángel Perera (Verde hoja y oro): Ovación tras aviso y ovación. 
Andrés Roca Rey (Malva y oro): Ovación tras aviso en ambos.
INCIDENCIAS: Se desmonteraron Guillermo Barbero y Curro Javier tras parear al segundo, así como Javier Ambel y el propio Guillermo Barbero en el quinto.

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