domingo, 15 de abril de 2018

El palco le cierra la Puerta Grande a Rafael González

MADRID Cortó una oreja y dio una vuelta al ruedo  
Premio al arrojo de Rafael González en Las Ventas
Espeluznante imagen, con Rafael González intentando zafarse del novillo, con el pitón en la cara - Paloma Aguilar
 
JOSÉ MIGUEL ARRUEGO > Madrid

El palco cerró la Puerta Grande de Las Ventas a Rafael González en la segunda novillada de la temporada. Más allá del debate de si la salida en hombros era o no merecida, lo cierto es que la petición era mayoritaria y suficiente, pero el presidente -imagino- prefirió agarrarse al pinchazo previo a la estocada antes que cumplir el Reglamento. En una época en la que los novilleros con proyección no abundan precisamente ¿Es consciente este señor de las novilladas que ha dejado de firmar el torero toledano por esta caprichosa decisión?

Algunos argumentarán que le faltó rotundidad al conjunto, pero si, además de ceñirnos al Reglamento, adaptamos la vara de medir a un novillero que apenas ha sumado quince paseíllos con los montados en dos años, que, al contrario que sus compañeros de terna, desafió al viento para tratar de imponerse a una novillada buena pero no fácil de Pereda, que dio metros a sus novillos y les presentó siempre la muleta por delante, que corrió la mano con criterio sobre el pitón derecho y se fue detrás de la espada ¿Dónde está el pecado para no concederle algo que con el Reglamento en la mano le pertenecía?.

El tercero seguramente fue el animal más completo del envío, porque tuvo alegría y repetición en sus acometidas. Lo lució en la distancia Rafael González quien sobre todo, cotizó en actitud. Muleta por delante, sin importarle el vendaval, toreó en redondo sobre el pitón derecho con buenas formas, sobre todo en la primera parte de la faena, que tuvo más entidad. Cuando cogió la zurda, seguramente descubierto por el viento, el animal le lanzó un derrote al pecho y lo buscó con saña en el suelo, pero por fortuna no lo caló. Volvió a la cara del utrero, cerró por manoletinas y atacó en rectitud con la espada para recoger una oreja del buen novillo que tuvo enfrente.

El sexto fue un novillo prototípico de hechuras, que aunque se vino a menos en el epílogo de la faena, embistió con recorrido y empuje en las primeras series de la faena de Rafael González. Volvió a destacar el torero por la ligazón y el trazo de los muletazos sobre el pitón derecho, sostuvo la faena cuando el animal perdió ímpetu y de nuevo recetó una estocada de libro… pero al segundo intento. Y aunque hubo petición suficiente, el presidente, ya quedó dicho, miró para otro lado.

El resto de la novillada apenas sí tuvo notas reseñables. Seguramente las condiciones climatológicas impidieron a Ángel Jiménez y Pablo Atienza terminar de asentarse y de gobernar los engaños, y como la novillada de Pereda, seria pero armónica, buena, pero exigente, no se toreaba sola, ambos novilleros estuvieron por debajo de sus actuaciones del pasado año en este mismo ruedo. Precioso de hechuras el primero, un ejemplo de lo que debería ser un novillo para esta plaza. Manseó en los primeros tercios y en la muleta fue pronto y tuvo cierto recorrido pero tendió siempre a soltar la cara al final del embroque, un defecto que Ángel Jiménez, incordiado por Eolo, no terminó de corregir. Le faltó limpieza por tanto a la faena, rubricada de buena estocada.

El cuarto fue el más fuerte, bajo pero amplio y enseñando las puntas, se fue suelto en el caballo pero a la muleta acometió con fiereza y carácter, y por su exigencia, dio importancia a cuanto se le hizo. Ángel Jiménez trató de canalizar las embestidas con desigual fortuna, pues en su largo trasteo hubo momentos estimables, como su prólogo por bajo o alguna serie sobre la derecha, con otros donde faltó mando y templanza.

El que hizo segundo también tuvo movilidad y acometió con transmisión, pero se descompuso cuando tropezó las telas de Pablo Atienza, al que el viento también dificultó la lidia. Dibujó el segoviano algún muletazo con porte y expresión, muy encajado, pero sin la ligazón necesaria para ser valorados por la parroquia. El quinto fue otro novillo largo, serio pero bien hecho, que embistió con ritmo y humillación en la primera parte de la faena de Pablo Atienza. Luego el novillero acortó distancias, se puso más al hilo, y el ejemplar de Pereda sin sitio, se sintió más incómodo. Anduvo desacertado con los aceros en ambos astados.

Hierro de José Luis Pereda - España Plaza de toros de Las Ventas. Novillada de Temporada. Más de un cuarto de entrada. Novillos de José Luis Pereda – La Dehesilla (3º y 4º), serios pero armónicos y de buenas hechuras. Novillada con carácter, de serio comportamiento, pero con opciones. El tercero fue el más completo. Hierro de La Dehesilla - España
Ángel Jiménez, silencio y silencio tras aviso;
Pablo Atienza, silencio y silencio tras aviso;
Rafael González, oreja y vuelta al ruedo tras petición.
Incidencias: Destacó a caballo Héctor Vicente, con el capote Rafael González Amigo y con los palos José Manuel Mas.

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